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2-cabeza dura: …»patrullero, ..baraja, ..sonriente, ..interrogar.., ..cachiporra, ..seminario, ..chorreo»…
2009/04/02, 5:40 am
Filed under: agua-en-vasos, Narrativa | Etiquetas:


  Post que migra aquí desde otra plataforma.

  …Ya que es así, podrías, como consecuencia de ello, ir con calma a ver otros Blogs(¡Click?).

«En lo que precede puedo haberme desconceptuado,
pero las próximas páginas me acreditarán de escritor agradable,
nada genial ni erudito y muy conocido
«.
Macedonio Fernández.

Sencillo el cabeza dura…


 [ Tradução abreviada, conforme uma indicaçao:

Simples o cabeça-dura …
…esperando na esquina do Seminário .. patrulha sobre a 21,40 .. interessado apenas em ver o carro com calma passar .. Considerada a estrutura do evento .. – Quem são eles, o que estou fazendo aqui ?- .. «É um de nós», disse o jovem personagem .. e como foi o caso, Ostaciano.. teve de repetir algumas palavras especificado pelo Jack: «Este é um bom hospital na região metropolitana.» .. Nós colocamos um sedativo leve, vamos dar uma mão para se sentar .. disse que não era necessária a hospitalização .. «E agora dizem-nos o que aconteceu -, disse o tenente .. «Você me diz o que aconteceu..» – Você tem uma luta – o tenente-interrogatório.. -observe se você está faltando alguma coisa-.. O agressor, um disfarce, vimos.. – ..Uau! A sinceridade que eu esqueceu de cura, mas nada de errado, você disse um profissional, o tenente, e como não existem profissionais de subtraçoes entre os padres? ..todo esse ouro dos índios, e gerir as finanças, de onde? .. disse o médico, «Camínenos um pouco aqui .. Para mim ele poderia ir, o que você diz, Tenente?» .. «Correto, e com cuidado», concordou o tenente,» .. eucalipto na brisa na área da praia do hospital … e outra patrulha tenente estava estacionado com o bup sinal de rádio, Ostaciano foi orientado… ]
 


   Recordó: él estaba esperando en la esquina del Seminario sobre la avenida, a que se diera el paso del patrullero de las 21.40. Le gustaba el silencio del vehículo en marcha regulada y como la baliza giraba serena, aquietando más las noches del verano. Su casa estaba un poco adentro, y al volver del centro –de la oficina donde había ido por su quincena-, se detuvo en la esquina con la hora, iba a pasar el patrullero. Había visto venir a un seminarista o sacerdote, era común verlos ahí. Un poco se acercó entonces a la calle, sólo le interesaba ver pasar al coche calmoso de los vigilantes, y después llegar a casa.

   Lentamente ahora iba escuchando otras palabras, y sintió, al abrir los párpados, como lo pinchaba, tan simpática en su brazo, una aguja. «Debe haber algún error volteando sobre mi este instrumental y tactos, y esta danza de fajinas blancas». Consideraba el encuadre del hecho. Estaba acostado y alrededor suyo había gente muy ocupada. Pudo decir:

   -¿Quienes son, qué hago aquí?-.

   Alguien lo tomó de los brazos desde arriba y detrás de él. Era algo raro ver a esa persona que lo sostenía firme boca arriba, era raro verlo de un modo inverso, otro Jack, como la otra cara volteada de su propia baraja.

   -Es uno de los nuestros-, dijo fuerte el joven y áspero personaje, y con una sonrisa volteada verticalmente le preguntó: -¿Cuándo es su cumpleaños?-. Pero enseguida estaba diciendo para la otra gente ocupada: -Que venga el teniente, el amigo se despertó-.

   Ostaciano sencillamente se sentía muy molesto por tanto grito, las paredes no estaban nada derechas, pensó que devolverían por esto con ecos aumentados, al vozarrón del disfrazado encima de él, y así recordó otra cosa: “Claro, estamos en carnaval”. Su lengua ocupaba mucho espacio; llegó a decirle dificultosamente al “Jack” que lo sostenía:

   -Yo soy carpintero de obra-. Y ya les estaba encima otra baraja, ésta con bigotes, bien comido y sonriente también: el Teniente.

   Ya eran por lo menos dos contra uno; y como era así, Ostaciano no iba a requerir más por quienes eran y qué pasaba. Les fue contestando esas preguntas, …de su nombre y fecha de nacimiento, …del año en el que se encontraban, …tuvo que repetir unas palabras apuntadas por el Jack: “Este es un buen hospital del conurbano”.

   El Jack se había movido a uno de sus lados, conforme, y le estaba diciendo:

   -Ostaciano, usted tiene que tener en cuenta como estamos de contentos el teniente y yo, por conocerlo, ¿no ve cómo sonreímos?. Tiene que estar contento usted también, vamos, muéstrenos como sonríe-.

   “Es realmente una ocasión carnavalesca”, pensó Ostaciano: “Pero por esas cosas, …mejor les hago caso”.

   El asistente y el policía se dieron asentimiento entre ellos; la sonrisa que Ostaciano había tallado como en quebracho entraba en las finalistas del concurso.

   -Muy bien-, decía “el Jack”. -Ahora se nos va a sentar, despacito. Al tacto no tiene nada roto, una flor de concusión tumescente que pronto se le va a pasar. Le hemos puesto un sedante liviano, démosle una mano para que se siente-.

Jack de Corazones

   No fue tan difícil, y aprovechó Ostaciano el cuerpo a cuerpo para interrogarlos:

   -¿Qué fue lo que me pudo pasar?; Oficial, Doctor: ¿por qué me tienen acá?-.

   -No, por eso, ahora le decimos, una última cosa, hágale caso-, respondió el Teniente.

   -Me va a levantar los dos brazos adelante a la misma altura delante del pecho-, indicaba el médico.

   Y aunque no supiera Ostaciano del todo lo que había estado pasando, esta vez se sintió bastante mejor. El Doctor estaba como felicitándolo, le pedía que dijese cuantos dedos de la mano le estaba mostrando, agregó que no era necesaria una internación. Desde las espaldas del paciente comentaba el oficial, decía:

   -Parece un golpe de cachiporra profesional, sólo para voltearlo, bien puesto en la base del cráneo-. Volvió frente a un Ostaciano que se iba recomponiendo; la sala de guardia se veía mejor desde sentado que en la horizontal de la camilla; ya se había palpado los bolsillos y ahí estaban su plata y sus documentos.

   -Y ahora contanos qué pasó-, decía el Teniente dispuesto a tomar nota.

   El Jack había dicho algo sobre la escoriación y el yodo; y estaba haciéndole unas maniobras picosas en la cabeza. Ostaciano respondió:

   -Usted también dígame qué pasó. Yo estaba a dos cuadras de casa, esperaba un poco para saludar a un vecino, que a esa hora saca a pasear su perro. Y después … estoy acá, ¿qué hora es?-.

   -Diez y veinte, bip, bip-, le contestó “el Jack”.

   -¿Tuviste una pelea?-, repreguntaba el Teniente: -Te levantamos con el móvil, no se sintió ahí nada de alcohol, ¿quién fue que te pegó el volteo?-.

   -Nada de pelea; si yo estaba solo ahí-.

   -Te han querido robar, fijate si te falta algo-.

   -Justo que acababa de cobrar, pero no me falta nada, ¿y cómo?-.

   -Con alguien habrás estado hablando, con tu vecino, alguien que estaba cerca de ti, acordate-.

   -Pasó un cura, lo único, caray, sería del Seminario, yo me arrimé a la calle. Ahá, el del golpe debió ser ese, eran casi las diez-.

   -No tanto, con el móvil te alzamos nueve y cincuentiuno, antes que eso. Tu atacante, un disfrazado, nos vió y no llegó a revisarte, …el falso cura-.

   -¡Caray! El candor que me descuidó con el cura, pero nada de falso, un profesional decías, Teniente, ¿y cómo que no hay chorros profesionales entre los curas? Son pocos los otros que le puedan arrimar a ese chorreo. Dígame, sino: ¿De donde pudieron sacar sino en chorreaje, todo ese oro de los indios, y las finanzas que manejan, de donde?-.

   El Doctor “Jack” chispeante lo miraba al Ostaciano.

   -No hay problema-, dijo el Teniente cruzándose de brazos.

   -A ver Don Ostaciano-, dijo el médico: -Camínenos un poquito acá-…

   …-¡Eso! Anda muy bien. Por mí se podría ir; ¿qué dice usted, Teniente?-, concluía “el Jack” de su observación, y le dio a Ostaciano unas indicaciones para el día siguiente.

   -Correcto, y con cuidado-, acordó el Teniente: -vaya a su casa tranquilo, caballero, siga bien-.

   Los eucaliptos compadreaban con la brisa en el playón del hospital … y en el patrullero estacionado otro teniente estaba bip bup con la radio, Ostaciano se orientó, muy linda noche todavía.



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[…] Tras la verdad de un hecho, el reconocimiento de Ostaciano (tan demandado con indagaciones clínicas el personaje como interrogaciones sacan a luz los hechos en «Un Reportaje más »). […»…]

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