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# narra-breve-6\: ..»:funcionario, :pronto, :chasqui, :templete, :aguacate, :bravos, :adoración, :establo, :interesar, :buscarlo»…

Narrativa Breve 6


   Cuentos traídos con reedición a Hipersalenas.WordPress.Com, originalmente emitidos desde diciembre de 2006 hasta marzo de 2007. SEM


Cualquier semejanza en estas ficciones, entre situaciones, sucesos y personajes, con hechos y personas reales, es mera coincidencia; y/o la semejanza pudiera atribuirse estrictamente, a funciones creativas, pero no informativas. Es cierto.

                               


 a): Hasta las manos.


Nota
: El cambio climático quiere quedarse; nos tiene envenenados. Los conceptos que motivaron este cuento están vinculados con: – http://www.husmeando.com.ar/cancilleria.htm – Hay que decir, no obstante, que si éste fuese nuestro único problema; pues, …estaríamos salvados.    

   Huamán estaba de guardia en la garita; y ya había apagado todas las luces, después de ver en el télex la noticia cifrada de la Cancillería. Quería alejar con oraciones a la sombra nefasta del carbón aéreo. Algo había que hacer; cierto; …Entonces él, por empezar, pararía su consumo por unas horas. Ahí quedaría, repitiendo su letanía rodante. Todo oscuro alrededor. Se dijo: “estoy como dentro del petróleo”.

   Los sonidos alrededor murmuraban tenues su ritmo selvático. Los silbidos que se oían por los senderos, daban cuenta de los lucamigos andantes en marcha, deslizándose en desplazamiento por la celebración de Luna Nueva. Pero esto nuevo que había llegado en el mensaje, debía de enfrentarse pronto, antes que todo alrededor llegare a ser un sepulcro de agua y de silencio.

   La Cancillería le comunicaba en carola, que los detritos del carbón estaban sellando la respiración de la selva. La garita no escaparía a la envoltura de ahogo. Buscó palpando Huamán en su rostro, a la cobertura blanca. La máscara hévea en su piel, hecha con albina y cenizas para la luna nueva, continuaba bien ahí, sin descascararse. Huamán era el sujeto en la garita, dentro del corazón de todos los orígenes y oficios, en la selva anterior a todos; porque él era alguien probado, que podía soportar la hibridez del cargo observador, desde esa atalaya. Por eso estaba designado y aceptado, tanto entre la gente antigua, como en la Cancillería allá, tras el brazo de mar chiquito. Pero esto nuevo descolocaba toda función. El estaba enfrentándolo, con los ensalmos más abiertos, los más plenos de cantar de lluvia y distancia, los más rodantes.

   Recordó en el shock al otro funcionario. “El va hasta dentro de Los Manglares; debuta con el parate jolgadero de las tribus. El pastor Benito va a poder hacer algo. El habla con el Jefe Blanco». Recordó Huamán al capitanejo Benito, quien fuese designado para las chozas distantes. Sólo podría alcanzarlo desde la garita con el anfibio chasqui. Antes, este colega Benito Trozi, «no se había portado muy bien», pensaba Huamán cerca del alba, transcurridas varias horas de su ensalmar más abierto. «Pero ahora estará allá, entre las caras blancas de la jolgadera pascuense. Han de estar helados ya, apagado el fuego en el parate, junto al Varón Luna enceguecido. Será Benito quien encenderá con yesca de mirada cardinal, al espiritu de los lucanoeros». Esto cabía esperar. Que la generación singladora, desde las canoas, fuere a oir, por la eterodina, al Jefe Blanco; y también escuchar el mensaje vivo y directo de Benito. No cabía dilatar más comunicarle. Volvería la luz a los ojos del Varón Luna. Los lucanoeros singladores irían despues chapoloteando con las palas a la noche honda. Allí el frío consultivo sería evocado junto a los guerreros achiotes. «Y la noche honda va a viajar hasta las manos, cuando al ponerse en los interruptores que lanzan carbón, se tengan que detener, al oir los cantos zopilotes”.

   “Serán manos que la noche haga pensar con su lluvia aleteante de silencio. Las manos y la noche honda; no las cabezas patronas: las manos, y el silencio negro lucanoero de la noche honda». Esto así sería si Benito cumpliere lo que le susurraremos, completaba Huamán al despachar el mensaje en la oreja de uno de sus pardos anfibios alados. El buen lucamigo inocente, bien adiestrado, asintió comprendiendo el mensaje que iría a repetir; y saltó a la noche. Para pronto llegar, con las instrucciones en vuelo hasta los manglares, donde el caserío, bajo las dos lunas que lo empiezan a ver al chasqui, que ya están los ojos del Varón Luna abiertos nuevamente.


   Glosario.

 LUCAmigos, LUCAnoeros,etc’:
Estas son personas o entidades vinculadas con el Last Unique Common Ancestor, predecesor genético de toda forma de vida terrícola.
 Eterodina:
Cierto líquido espeso presentado por Primo Levi –en su novela “El sistema Periódico”-, con la propiedad de captar, decodificar y amplificar ondas electromagnéticas, como las de radio, televisión, telefonía móvil, etc’.
 Carola:
Dispositivos de encriptado que usaba el Servicio Exterior argentino.
sectores cerebrales

sectores cerebrales

       
       
       
         


Esta representación del córtex cerebral humano,   
muestra cuanta importancia tiene, para   
la organización molar de nuestros comportamientos,el buen uso que   
le demos a las habilidades innatas específicas de la mano.   
O sea: que de abstenernos de hacer daño con ellas,   
la buena onda podría irradiar hacia las actitudes, etcétera…   
Img’ de -pulevasalud.com-.



 b): Templete adoración del pendulo símil aguacate:

   Altamente iluminados están el péndulo aguacate y los ambientes; por los flashes de la nutrida concurrencia. Este público, con sus buenos sentimientos de salud pública, sahuma de altas propiedades al evento. La guardia de custodios de esta santa sede, reitera en esfíngeos suspiros su agradecimiento por la compañía. La alegría de los visitantes al templete, en la rueda de contemplación alrededor del péndulo aguacate, está contenida caninamente por ovejeras alemanas.

   El aguacate descalzo pendula, bien acunado sobre el pasto sintético del templete ahormante. Muy cerca se retraen los ojos que han visto el lustroso movimiento. Ruedan ya en los cielos las miradas; se les persiste en la búsqueda, por lo que van a sufrir.

   Las azafatas a los concurrentes les repiten susurrantes:

   –Múcílagos insolentes metanoides, no acortinen, no flagelen las tortillas. Luego pasarán a correr en los topes del templete–.

   Entre la serie de acontecimientos -las largas hileras parecen no tener fin-, contemos a las plumas emisarias del cenote, en el linde de tenerse, que esguinzarían su carácter celebrante; cuando el aguacate suceda de rotar, no pendulante.

   Del ojo gema, cascabeles inhumados; y el mucílago allí duerme.

Símil hiperreal de muchacho

Símil hiperreal de muchacho

   Las ventajas de la adoración al péndulo aguacate, simultáneamente en varias lenguas, dan otro linde glauco glosolálico, para el templete custodiado.

   Los visitantes de la experiencia, pueden comprar aguacatitos de goma, réplicas del original pómulo fructoso… Que tan brillante está, …y pendula. Pero ya se sabe; si llegare a caer, nadie moverá ni un dedo.


 El símil de muchacho, es una escultura del australiano Ron Mueck, de 4.90 x 2.50 x 4.90 mts’; tomada del pps de Sonia María Sirimano.



 c): En la campaña del “desierto”

   “No es malón, mi coronel” –después de aplicar la oreja al suelo, así decía el baqueano-: “Es carrera de embolsados en la toldería; y ha de ser de fondo, los conozco a los bravos; por eso la polvadera, coronel”.

                               



 d): Cuento Sobre Cinthya Edith S’-. Tema
de la Composición: “Las Vacas y la Poesía”.

   Estaba encinta Cinthya. No quería dejar la Facultad, donde estudiaba en plenitud su carrera de “Edición Políglota”. El embarazo se derivó normalmente de su relación con Eduardo Ness. Se lo llama Edi Ness entre las amistades. Compañero regular de Cinthya en los asados literarios, con el grupo político de la Facultad. Reuniones en que Cynthia generalmente recita sus poesías.

   Con el respaldo de la línea de pensamiento del grupo P.O.E.C.I.A. (Partido Obrero Estudiantil Campesino Industria Argentina), en sabia guía intelijuda para lo que Cinthya produce, ella así protubera en la cultura, destacadamente en sus alabados recitales. Adonde vaya Cinthya con su cintura que se engrosa; protuberan entonces sus poesías, que se yerguen con modernísimo lirismo.

   Muchas declaraciones tan próximas de mucho afecto llegan a Cinthya como comentarios: “Muestras una belleza saturnal en la flor de tu ternura”. Besaban su mano en los cafés literarios. Tan cerca… con aliento algo baboso algunos… como sin amarradero esas mandíbulas alabanciosas… en dislocados elogios de exaltación: “Nunca se ha visto ni jamás oído mina como vos de piola y bacana para inspirarnos al estro adoración”. Comentarios para los recitados de Cinthya, quien sueña cada vez más intensamente, que fabula día tras día en cómo hacer para no dejar la Facultad, por el interesante estado en que se halla. Fabula Cinthya en como conseguir lo necesario para ella y la criatura.

   Como resultado de los recitales, le era sugerida en un comentario de un publicitario, la posibilidad de adquirir una vaquita Jersey. Fué Cinthya al Establo Piloto de Experimentación, de una gran compañía multinacional. Iba con presentaciones del publicitario. Para no tener que dejar la Facultad; se afirmaba ella en la intención de poner, dentro del patio trasero de su casa, a la vaquita para ordeñe. Pensaba seriamente ese día en comprar una vaquita.

   Entre las vacas del Establo Piloto; pasea con sus fabulaciones y su imaginación poética, para optar Cinthya va por su vaquita preferida. “En tanto comas tu alfalfa; mis poemas te recitaré”, piensa la muchacha. Elige y va andando en su poesía, también para tantas vaquitas; va eligiendo entre tantas vaquitas como pueda hasta saber “cual es”.

   Como no alcanza el tiempo, va haciendo Cinthya entrega de hojas en cada compartimiento, donde cada vaca mira cada poema atentamente, con sus pezuñas sobre cada poema impreso. En un aparte a cada una con susurros; y para todos en una locución con altavoces, Cinthya organiza las operaciones. Alguna vaquita más avispada que otra, golpea con las patas, tantas veces a las cuantas en que los ritmos se cumplen, por la feliz métrica de Cinthya.

   Mientras las vacas poetizan, Cinthya se siente feliz en el Establo, adonde ya trabaja en su proyecto. Ella prepara un científico mar océano de leche que obtendrá de las vacas, disciplinadas con sus ojos abiertos a la imaginación. Mar de leche original para los primeros años de su criatura; sin que Cinthya se tenga que desvivir. Solución abarcativa para los estudios, para mejorar los rebaños en ensueño vaqueril, y para la vida y la cultura.


Nota: El relato con «Cynthia Edith S’, tiene que ver   
con la incómoda sensación que me produjo un   
avance biotecnológico argentino. Con ingeniería genética   
se consiguió que las vacas así tratadas   
den de sus ubres leche de madre humana.   
Me parece que el invento ya se comercializa.   
¿Estilos de vida de la humanidad?   



 e): Un restaurante con animación.

“Quien espera ansioso la llegada de
un jinete debe cuidarse muy bien de no confundir
el sonido de los cascos en galope con los latidos de su propio corazón”
. Proverbio Chino.

   Los cubiertos estaban impacientes. A los platos se los podía ver desmesuradamente receptivos, con ansias voraces. Las copas relumbraban, con sus miradas fijas en el camarero de las bebidas. Yo, como anfitrión del convite, me sentía desbordado por estas ganas de vivir patentes en la vajilla; pero también en mis invitados. Era éste el grupo que yo tenía convocado, para compartir esta refección, en una pausa abierta, de alianza amistosa y casual. –Ya que dentro de la travesía conceptual y mediática del COCOA (Coloquio de Opinadores y Conectadores de Obra Aleatoria), hubo momentos distendidos, para estos encuentros de conocimientos personales mutuos-. Y habían arrimado su derivar, encallando con mi invitación, en este Restaurante “paquete”. Pero se daba esta demanda de las cosas; con lo que mi ‘spleen’ se hizo más que agudo.

Moais de Rapa-Nui

Moais de Rapa-Nui

   Yo había terminado la presentación de una ponencia narrativa, sobre mi viaje de navegante solitario por las costas de Rapa Nui. Tanta ambigüedad divagante allá, desde los promontorios, dándome señales los pascuenses; señales que cambiaban y jamás supe si fueron propuestas de acercamiento ó muestras de bienvenida. La angustia característica que se me instaló entonces, a bordo de mi gomón a vela; fue revivida intensamente en mi memoria, por el relato ante el Coloquio. La rememoración de aquellas sensaciones, me podrían haber puesto luego en el Restaurante, también en una actualidad descolocada y dudosa. La animación de los objetos actuaba como inflexión para mi bajoneo.

   El grupo espontáneo chisporroteaba con buen humor, en ingeniosidades y proyectos que me conciernen directamente. Ahí están: dos montañistas alemanes, un sociólogo brasilero, una fotógrafa japonesa, y un informático venezolano. Los intercambios ingeniosos, de dichos sonrientes, se intensificaron en notoriedad, con la llegada de las viandas. Ese entusiasmo insolador, me produjo la voluntad de retirarme. Pero me actuaba inhibitoriamente una mundanidad incierta.

   Los manjares daban muestras de sus deseos por ser ingurgitados. Y son arremetidos por mis amistades; que me incitan a imitar el saboreo. Habiendo yo concertado con un mesero para que me acerque un Screw-Driver, le doy unos sorbitos; y les repongo a mis amigos, no tener apetito aún. El entorno ha tomado para mí un crecimiento aplastante. Voy a alegar una actitud de fría despreocupación; y enciendo un cigarrillo. Ahí se lanza la estampida: son cinco meseros que se acercan agitando las servilletas, para recordarme que no está permitido fumar en el interior del restaurante.

   Mis convidados se han desentendido del asunto. Los meseros me conminan cortesmente para que apague mi cigarrillo. Me tengo que levantar de la mesa. Me acerco a la barra-mostrador; y ahí se discute el tema de la salud con el personal. Mis invitados, con miradas contemplativas hacia la discusión, le dan funcionamiento vigoroso a sus fauces y esófagos. El volúmen de las voces entre los del restaurante y yo, se les hace notorio a todos los demás clientes, que observan. La patrona del lugar, Alicia, pone fuerte en un pasadiscos música orquestal. Yo así sujeto, tengo que apagar mi cigarrillo. Los camareros se serenan y cesan el abanicamiento de sus trapos. No me queda otra que ir hacia el adicionista; terminar de hacer paga la cuenta de la comida; acercarme a la mesa. Me despido por un momentito. Les aseguro a mis amigos que los reencontraré en los pasos inmediatos del COCOA. Ellos no están nada inquietos. Han tomado todo esto muy bien. Y yo, como un buen sujeto, salgo a caminar. Mi melancólico estrés lleva exacerbada su melancolía entre los paseantes, que se me muestran muy contentos. Mi arriesgada y profícua actividad humanista está sobrepasada, reflexiono, por una avalancha de las cosas, que se han vuelto las portavoces del existir… con una entronización fronteriza.

   Y en el límite dudo yo: ¿Seguiré o no seguiré?. La calle, las veredas, las vidrieras de fin de año, están exultantes con parlamentos imperiosos…

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   Sigo: quiero cruzar la avenida hasta la Farmacia, para comprar aspirinas. Pero percibo que la gente de la calle me observa, un poco demasiado fijamente. Hasta se detienen para mirarme. Pero más específicamente, clavan su atención detrás de mí. Esto hace que yo gire mi anverso para mirar por donde he venido. Me están siguiendo. Como una desgracia permanente; quizá por mi impenitencia; que las cosillas, anhelantes de pertinencia y autonomía, cobran vida sobre mi decaimiento; puesto que hay elementos del Restaurante que ruedan y se arrastran tras mis pasos. “Es interesante para una performance”, me dice mi meditación express. “Pero hay tanta cosa ‘fashion’; ¿a quién le va a interesar esto?”.

   Mas el vocinglerío en la vereda de estos platos rodantes y vajilla tintineante me estaría diciendo –que escuche bien, me indica una señora muy seria, que le están hablando con matices de mucho afecto para su persona–. Pues así me dicen, que vuelva al Restaurante, que no deje la reunión ni la comida. “Es un buen momento. Anímese. Venga con nosotros”, me reclama un plato sopero que gira en círculos. Las servilletas, como una tropa de culebras, han detenido su andar; y muchas de ellas giran hacia el Restaurante, mientras cabecean para que las siga.

   –Está, está, ya voy-, les asiento con una consideración algo resentida. -Pero tengo que sacar una foto de esto–.

   –¡Naaah!-, me dice el plato hondo: -Déjela a la japonesa, que ella va a sacar la foto. Venga. No se demore; que va a venir la mesa a buscarlo; ¿eh?–.

   –Bueno; voy–. Respiro una toma grande de aire y los sigo. Voy a trasponer detrás de estas cosas elocuentes la puerta del local. Y al entrar, vuelvo algo más firme a la celebración, dentro del Restaurante “Wonderland”.

   Imgs: Moais de Rapa Nui, proviene de Wikipedia.
-Publicidad Geniol, de la fuente www.elhistoriador.com.ar -.


                          


Morón, 25 de junio 2009, Sergio Edgardo   


9 comentarios so far
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[…] …mnhnm, quizá las vaquitas Jersey de Cynthia algo tengan que ver con esto, en un cuento de 2007/02/04: "d): Cuento Sobre Cinthya Edith…" cuando nuestro bebé articuló su primera palabra. La tranquilidad hogareña se puso todavía más hondamente tranquila. Nos lanzó en un gran cambio que nuestra amada criatura dijese claramente: -Respeto-… [¿Un raro hablar!?]

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[…] llaves”. No consigo abrir la puerta del acompañante con las llaves que mi Amiga me alcanza; se ha puesto la cerradura demasiado grande. He de dar la vuelta y pasar por la puerta del conductor; moverme después de lado […]

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[Las actividades de ‘Un restaurante con animación’, en estas «narra-breve-6», tienen algo que ver con ‘los bocadillos’ de Las salidas que el senecto Nerfose nos prepara.]

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Pingback por salidas76nerfose: …”galería, ..ubicación, ..vecinal, ..recordar, ..bloque, ..guardiacárceles, ..exaltada, ..quebradura, ..lunch”… « Hipersalenas's Blog

[A los movimientos de Kathy dentro de la casona, los asimilo con los de un péndulo, por eso enlazan aquí, a.. ] Templete adoración del péndulo símil aguacate, en esta página «narra-breve-6» [..Enlace desde «Seguidores de la espuma abrochadora«..]

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